lunes, 25 de enero de 2010

Los peines de Chávez

Dice una de las tantas leyendas urbanas que lo ocurrido durante el intento de golpe de estado llamado el Carmonazo, le sirvió a Chávez para conocer así quiénes eran sus aliados incondicionales y los que no. Llevar aquello a una situación extrema en la que aparecía su anuncio de renuncia en boca del trisoleado incondicional fue el inicio de la trama. Al final, todos voltearon las cartas, la gente hizo sus pronunciamientos, los aplausos en Miraflores, las fotos, los videos y todo el material que La Hojilla ya tiene pidiendo perdón cada noche en VTV.

Amigos cercanos desestiman esta tesis porque la misma se sustenta en un supuesto que se les hace difícil digerir: que Chávez tiene su cerebrito para crear una que otra jugada política que le sale bien. Y ese parece ser el caso ahora mismo. Y parece también el caso el que nos peinen de nuevo y resbalemos como pendejos.

Qué interesante. Justo trataba de buscar en Google de dónde es que viene la frase y me consigo que al menos hoy, esta ha sido utilizada de anteojito desde diciembre pasado en puras referencias venezolanas. Eso dice mucho de lo que están advirtiendo muchos venezolanos ahora ante los acontecimientos políticos recientes.

Arrecha muchísimo ver que por segunda vez le jueguen sucio a RCTV y que se hayan hecho una ley para afectar la señal que parece había conseguido una salida muy circunstancial. Que expropien Éxito y que amenacen con no dejar piedra sobre piedra ningún comercio que “especule”. Que aparezca un ministro retando la voluntad de muchos venezolanos con un tonito desafiante y medio burlón. Pero tenemos que mantener nuestro pensamiento y energía en septiembre. Y esto no supone callar ni dejar que las cosas pasen por nuestro lado como si nada. Creo que cada peine hay que devolverlo, pero sin haber resbalado. Y en ese sentido, la creatividad con la cual esta vuelta se haga, sin perder el propósito de dejar claro al oponente que sabemos lo que quiere pero que somos inquebrantables en nuestro propósito mayor, es el deber mayor.

Se requiere de una disciplina emocional muy especial para no tratar de batear tantas “bombitas”. Pero vienen más.

Al final de la tarde de hoy, renuncia el vicepresiministropopulardedefensa y su esposa. Y ya empezaron las especulaciones. Justo lo que quieren. De pronto no está pasando nada. Hay que concentrarse. Todos los días hay que convencer, conquistar y hacer soñar de nuevo a cada chavista que se nos atraviese. Si quieres hacer algo, allí hay un reto para los días por venir.

sábado, 23 de enero de 2010

La marcha del 23


En la mañana le pregunté a un amigo si me acompañaría a la marcha que estaba siendo convocada por el llamado movimiento opositor. Mi amigo me devovió este mensaje a través del celular: “hice política durante mucho tiempo, que sean los barrios los que decidan qué quieren hacer con nosotros”. Me quedé ponchado.

Igual fui. Impresiones diversas, como la posibilidad de ver gente tan variada, el reencuentro con las calles, cosa que evitamos hacer en otro “formato” que nos permita recorrer las calles sintiéndonos seguros por ser tantos y por compartir al menos un deseo similar por que volvamos a tener una cosa más parecida a lo que era un país. Eso es sabroso.

Me puse a prueba. Llegaron los adecos como en aquellas viejas épocas pero con menos gente. Lo bueno: gente variopinta. Me les acerqué y pedí mi franela de Acción Democrática. La señora me la obsequió sorprendida, como sorprendidos se quedaron los muchos que conozco y que al saludarles se les veía el gesto de incomodidad por mi atuendo.

Aquí quería llegar. La gente sigue viendo a los partidos con cierto desprecio. Seguimos pagando las consecuencias de aquella campaña de principios de los 90 en la que los medios, el Congreso de la época y la sociedad toda se volcó en contra de los partidos y al quedarnos sin esas instancias; se manifestó el estamento militar ‘inconforme” con el sistema, se logró colar por la vía electoral y hoy estamos acá tratando de alejarnos de este despeñadero. Pero seguimos lejos de lograr una participación mayor en las estructuras políticas que le dan vida a la democracia.

Hoy lo dijo un compañero con excelente claridad: “esa cosa llamada la sociedad civil no nos va sacar de esto”. Y así lo creo. Hay que volver al partido y a diferencia de la propuesta del gobierno totalitario bajo el cual se nos desgobierna, no puede ser un partido único. Los múltiples colores caminado hacia un mismo destino son una buena metáfora de lo que deberíamos buscar.

Las marchas no tumban gobiernos (al menos a este gobierno), pero son como las fotos que nos permiten saber cómo estamos en un momento dado. Y sí, hubo gente para todo, como el país. Insito en la necesidad de que nos impliquemos más allá de estas vidas tan privadas que no nos han dejado ver nuestras posibilidades colectivas. Hay futuro.