martes, 8 de junio de 2010

Espectadores

Hasta hoy lunes 7 de junio de 2010 se registraban 11 muertes violentas contadas hasta el sábado pasado. Posiblemente lleguemos a 20, según se espera de esta esperanza matemática de los últimos años. De esas muertes, quiero comentar una en especial.
Me crié en un barrio del oeste de la capital. Durante mi infancia y adolescencia hice grandes amigos. Esos amigos de tan especial época de nuestra vida que nunca se olvidan. De ellos, recuerdo a dos hermanos en particular. Con el menor hicimos especial camaradería. Compartimos el gusto por la música estridente de Barón Rojo o la de letras “profundas” como las de Sentimiento Muerto. También compartimos las primeras borracheras juveniles, las amanecidas en la calle, los ataques como manadas a las vecinas más guapas de ese barrio sabroso.
Ayer domingo me llamó un compadre para anunciarme una noticia trágica: ese amigo había matado a su hermano mayor a punta de golpes, en plena calle, a la luz del día y ante los ojos atónitos de todos. Lo primero que hice fue preguntarle a mi informante: “Coño, y qué hizo la gente? Por qué no los separaron? Estaba armado?”. La respuesta transparente de mi humilde compadre, también parte de aquella cofradía de otrora: “Pues nada, compadre, lo que hicimos fue ver y llevar al hermano al hospital donde se nos murió el hombre. No estaba armado, fue a patada y coñazos”.
Qué desconcierto! Pero qué dura verdad: la gente anda viendo. Y puedo afirmar sin caer en el cliché de que el tiempo pasado siempre fue mejor, pero esto no pasaba antes en el país. La gente no hacía de esta decadencia este espectáculo horrendo donde es preferible quedarse viendo hasta ver a un prójimo morir.
No creo en el pueblo. El pueblo es un “mirón de palo” que se quedó como si nada es con él. La atomización, la fragmentación y las separaciones reales o aparentes; nos ha desmovilizado en todos los ámbitos. Puede un pueblo así defender un canal de televisión como RCTV, defender su comida, sus puestos de trabajo; o algo más abstracto como “sus marcas de preferencia” o esa cosa llamada democracia?