sábado, 13 de febrero de 2010

La neo-esclavitud del siglo XXI


Este gobierno nuestro, se empeña en ofrecernos el Maná del socialismo como punto culminante de la emancipación que nos conduzca a la condición suprema de una sociedad distinta, en la que ya no exista la triste lucha entre hombres, porque habrá para todos, porque habrá de todo.

Semejante discurso secularizador, como todo lo que seculariza, pide a cambio que nuestros pueblos soporten el parto de esta sociedad nueva, que confíen ciegamente en la conducción del salvador y que adopten su el marco de interpretación de la historia y del futuro; porque su verbo, tal cual palabra salvadora, todo lo contiene y todo lo puede. Pero en qué se traduce soportar el parto? En todo.

Primero en el plano de las interpretaciones es que la gente se exponga y comprenda ese marco de referencia según el cual, la historia comienza con la llegada de Chávez al poder en el año 1999. Rompe las anclas del pasado al tildarlo como una época oscura que no merece la pena recordar a menos que sea para denigrar nuestros orígenes. Y nótese que en lo cotidiano, a mis coetáneos nos cuesta recordar el pasado antes de Chávez y sólo nos quedamos con estos días más recientes como si efectivamente fuésemos un país que acaba de nacer. Ese es el primer indicio de la condición del esclavo nuevo: su historia es reciente porque eso es lo que le han contado. Valdría la pena entonces recordar los años antes de esta época oscura para el reencuentro con algo que ocurrió aquí.

Segundo, en el plano de la vida cotidiana, este es uno de los experimentos más sutiles, pero no menos brutales de cómo el gobierno se mete en los más mínimos aspectos de tu decisión cotidiana. Lo que se compra, lo que se ve, lo que se come, lo que se lee, a dónde se viaja, cuándo bañarse, cuando encender la tele, dónde y qué estudiar, dónde trabajar. Pero al mismo tiempo, se insiste que plantear disenso es un hereje que atenta contra el sueño supremo de un mundo mejor gracias a un supuesto socialismo que en ningún lado, valga decir, dejó un mundo mejor.

Terminamos siendo esclavos convencidos de que la salvación está en manos de este hombre y es allí donde incluso los que nos oponemos a esta condición de desgobierno, en muchos casos reflexionamos preocupados cómo será el país después de Chávez. Pues les informo que en primer lugar tendremos la posibilidad de ser un país y en adelante muchas cosas podrían ser posibles. La sola necesidad de pasar por esta trampa del pensamiento, nos dice cuan atrapados estamos. Qué decir para quienes comen de la mano de las casas de la alimentación, o que su trabajo está ligado directamente a los designios del gran aparato del estado. Tantas vidas atrapadas, dependiendo de ellos. Qué ofrecer como alternativa?

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